Una forma dada la existencia no puede revelar su contenido sin perecer. Lo nuevo tiene que ser la negación real de lo viejo y no una mera revisión o corrección. Naturalmente, la verdad no cae del cielo ya lista, y lo nuevo tiene que haber existido de alguna manera en el seno de lo viejo. Pero existía allí sólo como potencialidad, y la forma de ser predominante excluía su realización material. [...] No hay un progreso uniforme en el mundo: la aparición de toda condición nueva implica un salto; el nacimiento de lo nuevo es la muerte de lo viejo. [H. Marcuse - Razón y Revolución]
La concepción dialéctica de la realidad lleva a concluir que toda cosa incluye en si misma, por una parte, su justificación y por otra, su propia negación, su no-ser, y sus potencialidades o su ser-mejor. Para la superación y el progreso es necesario derribar las justificaciones y las mentiras y alcanzar la verdad de las cosas, su fondo y contenido, acabando con las mentiras y desarrollando las potencialidades que en el estado de cosas predominante se mantiene ocultas.
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