Una calcomanía negra con mayúsculas letras blancas resalta entre otras pegadas en un carpeta:
Puede que no lo parezca, entre otras cosas porque suelo demuestrar lo contrario, pero mi mente es débil, mis ideas, mis metas suelen desviarse (aunque sea momentáneamente) al entrar en contacto con ciertas circunstancias no siempre elegidas. Es el problema de construirse a uno mismo, de relativizar lo que se es: si soy lo que hago de mi, no hay ninguna esencia que de respuesta a lo que me pasa, que me de salidas prefabricadas a mis dilemas, queda sólo reaccionar de acuerdo a las contingencias de las condiciones que se presentan. Renunciar a toda moral, y quedarse solamente con una ética individual, implica mucho más consciencia que el maniqueísmo religioso-conservador. La fe te da (vacías) respuestas, su ausencia solo te crea dudas. No soy lo que digo ser porque, realmente, no soy nada, soy lo que hago porque a través de eso tomo consciencia (y toma consciencia mi audiencia) de que soy algo. Si mi actuación (mi performance, mi representación teatral) cambia, entonces seré otra cosa, me asumiré como otra cosa, tu me asumirás como otra cosa. Los limites, los parámetros desde los cuales se actúa se hacen confusos. Y en un vano y contradictorio intento por no renunciar a lo que se es, al tiempo que se niega el ser efectivamente algo, la gente puede que juegue la vida a su conveniencia o termine volviendose loca (a sabiendas de que el loco es sólo un tipo diferente al que le han puesto esa etiqueta para contener su diferencia y separarlo de los normales). Al final, digamos que quedan dos opciones, probablemente junto a muchas otras que yo no logro ver: apegarse a un ser ontológico, buscar respuestas en una esencia dada que vendría siendo lo mismo que apegarse a una fe ciega (en un uno mismo, en dios, en cualquier cosa); o fabricarse en el camino una ética personal que, si bien relativista, no reduzca el mundo a una gran pelota con la que se puede jugar.
O se puede simplemente no ser nada y ser de todo, que es lo mismo que negarse a entrar en cualquier etiqueta preestablecida. Pero no estoy seguro que esa posibilidad exista, quizá porque finalmente yo también son parte de este orden y no de otro, para mi es necesario ser para poder existir.
Life isn't about finding yourself. Life is about creating yourself.
-Unknown
Puede que no lo parezca, entre otras cosas porque suelo demuestrar lo contrario, pero mi mente es débil, mis ideas, mis metas suelen desviarse (aunque sea momentáneamente) al entrar en contacto con ciertas circunstancias no siempre elegidas. Es el problema de construirse a uno mismo, de relativizar lo que se es: si soy lo que hago de mi, no hay ninguna esencia que de respuesta a lo que me pasa, que me de salidas prefabricadas a mis dilemas, queda sólo reaccionar de acuerdo a las contingencias de las condiciones que se presentan. Renunciar a toda moral, y quedarse solamente con una ética individual, implica mucho más consciencia que el maniqueísmo religioso-conservador. La fe te da (vacías) respuestas, su ausencia solo te crea dudas. No soy lo que digo ser porque, realmente, no soy nada, soy lo que hago porque a través de eso tomo consciencia (y toma consciencia mi audiencia) de que soy algo. Si mi actuación (mi performance, mi representación teatral) cambia, entonces seré otra cosa, me asumiré como otra cosa, tu me asumirás como otra cosa. Los limites, los parámetros desde los cuales se actúa se hacen confusos. Y en un vano y contradictorio intento por no renunciar a lo que se es, al tiempo que se niega el ser efectivamente algo, la gente puede que juegue la vida a su conveniencia o termine volviendose loca (a sabiendas de que el loco es sólo un tipo diferente al que le han puesto esa etiqueta para contener su diferencia y separarlo de los normales). Al final, digamos que quedan dos opciones, probablemente junto a muchas otras que yo no logro ver: apegarse a un ser ontológico, buscar respuestas en una esencia dada que vendría siendo lo mismo que apegarse a una fe ciega (en un uno mismo, en dios, en cualquier cosa); o fabricarse en el camino una ética personal que, si bien relativista, no reduzca el mundo a una gran pelota con la que se puede jugar.
O se puede simplemente no ser nada y ser de todo, que es lo mismo que negarse a entrar en cualquier etiqueta preestablecida. Pero no estoy seguro que esa posibilidad exista, quizá porque finalmente yo también son parte de este orden y no de otro, para mi es necesario ser para poder existir.