17 abr 2009

"You Couldn't be Ordinary If You Tried"

Debo admitirlo: soy Mena Suvari en American Beauty. No, no soy porrista ni quiero serlo. No soy virgen y si lo fuera no lo ocultaría. No soy rubia tampoco. En lo que me parezco a ella es en que odio, como ella, ser «uno más del montón». Secretamente siempre me he identificado con esa escena en la que el adolescente narco le dice a Mena, para herir su ego de porrista, que ella no es más que una chica tan ordinaria y común como las demás; y Mena sale corriendo desconsolada, llorando. Para mi es horrible ser una figurita intercambiable, es algo que siempre he odiado incluso antes de tener claro que lo odiaba. Por eso me molesta un poco haberme cortado el cabello. Si, mis padres me aman más desde que lo hice y mi hermana ahora si admite con orgullo que nos parecemos. Mis abuelos casi hicieron una fiestica en honor al nuevo look, y la mayoría de las personas ha hecho buenos comentarios acerca del cambio (para mejor, según ellos). Es posible, también, que mi aspecto sea más limpio ahora e, incluso, más fácil de llevar (si no me quiero peinar, simplemente me pongo una gorra y no hay ni cabellos que salgan por los lados). Pero (apartando las reservas que tengo acerca de este corte en particular, que creo que no va del todo con la forma de mi cara) cuando veo mi reflejo en alguna vidriera de algún centro comercial siento que me parezco tanto a los niños esos que me circundan y que creen comerse al mundo con sus cabellos engelatinados y sus actitudes wannabe, que me pongo un poquito triste. El reflejo me recuerda un poco a las palabras del narco adolescente.

Si, lo se, es vacío, es estúpido, es superficial hablar de mi cabello como si fuese mi identidad. Pero igual creo que lo dejare crecer de nuevo.



Aunque esperare mejor cuando ya no viva con mis padres.


7 comentarios:

Unknown dijo...

jeje ahora veo que eres el indicado cuando de hablar de cabello se trata, en mi caso siempre me molesta que me lo corten de más. Aunque hace dás días...como nunca!!! me atreví a decirle al peluqeuro que ni se le ocurriera poner la tijera en ciertas zonas, ¿al final? el tipo no acababa de entender que quisiera tener ese corte, y yo, muy orgulloso salí con mi creación jaja no se nota mucho, pero ahora puedo decir, que estoy a gusto!!!
Esperemos que tu cabello vuelva a crecer, por suerte siempre lo hace!

Sandum dijo...

No puedo creer que te hayas cortado tu wavy hair! Estoy desconsolado, salí coriendo como Mena Suvari pero de la impresión... No le hagas caso a la gente y animate con algo que lei por ahí: Si alguien a quien no le gustas como tu vistes/luces y a ti tampoco te gusta como luce esa persona, entonces es que lo estás haciendo bien... Saludos!

P.S.: Mandame por correo ese logo pequeño de nuestro blog para subirlo al mio!!

Pablö dijo...

jejeje... si, asi es... mi cabello ya no es asi como en la foto :(... pero si soy sincero, ya me molestaba un poco porque lo tenia realmente largo y tenia bastante tiempo con el mismo estilo... igual no deja de ser ciertisimo eso de que "Si alguien a quien no le gustas como tu vistes/luces y a ti tampoco te gusta como luce esa persona, entonces es que lo estás haciendo bien"... creo que, al final, es una cuestion de seguridad...

Eduardo Patriz dijo...

Epale, hablar de cabellos es fino. Creo que lo que nos hace iguales a todos, es que todos queremos ser diferentes, olvidando que realmente somos únicos y originales sin procurar serlo tanto.. Este post me recordó la canción Sos Tan Fashion de Kevin Johansen, seguro la conocen...

E.S.Kinny dijo...

estoy seguro que tu cabello no era lo que te diferenciaba de los demas!



super nice el diseño de tu blog

Pablö dijo...

no, bueno, no era el cabello... pero era la forma en que se exteriorizaba para el mundo :P... gracias!

si, eDu!, conozco la cancion... johansen es chevere en terminos generales ;)

Rafael Valladares de la Santa Cruz dijo...

Magnífica esa película; cada vez que uno la ve le encuentra otra lectura. No creo para nada que te parezcas a la rubia: ella de verdad era muy corriente, vacía; más allá de su obvia sensualidad de Lolita, que a mí en particular no me desagradaba, había una profunda nada.