24 abr 2008

el plan, los planes... y un cuarto lleno de fotos y cosas

El otro día fuimos de visita mi familia y yo, a la casa de un matrimonio joven: mi primo y su esposita, bajita, catira y bonita. Una cuchitura los dos, juntos. La muchacha estudió diseño grafico y ahora esta por terminar arquitectura, y uno de las habitaciones del apartamento donde viven lo habilitó para que fuese algo así como un estudio. El cuarto es grande pero se ve pequeño de tantas cosas que tiene. Las paredes no se ven, están casi tapizadas por planos y diseños que ha hecho a lo largo de su carrera, por bocetos de lo que es su proyecto de tesis, por maquetas de todos los tamaños recostadas de la pared y, sobretodo, por fotos de sus familiares, de amigos, y escritos en papeles donde resalta su amor hacía lo que hace, hacía ella misma, hacía la gente que la rodea y ayuda, etc. Todo esto pues, parece recordarle quien es, lo que quiere, porque lo quiere y cuan cerca está de alcanzarlo. Mi hermana dijo que, según leyó, esas cosas son buenas para alcanzar lo que se quiere, para tener los piecesitos bien puestos sobre tierra y especialmente, tenerlos puestos sobre la tierra que se quiere pisar y no cualquier otra que venga sin la disposición de uno, por decirlo así. La idea es una gran idea. Es fácil desviarse del camino que a veces uno mismo se traza, pero tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Salirse del camino no siempre es perjudicial para la salud mental del ser humano y vivir según un plan previamente trazado no me parece siempre recomendable, porque la vida corre el riesgo de dejar de ser la meta del plan, y el plan puede pasar a sustituir a la vida. Sin embargo, no es malo tener planes, y para mi estaría bien tener uno, lo complicado es cuando hay muchos y el saber con cual quedarse. Los intereses en mi vida han sido, y son, como ráfagas que van y vienen; cuando me parece haber encontrado lo que me llena plenamente, siempre llega algo que lo reemplaza, que me muestra que no, que hay otra parte que se queda vacía (o peor aún, que se vacía precisamente) cuando lleno esa otra. En fin, podría forrar las paredes de mi cuarto con citas de Marx, Weber y Foucault y poner un foto de Bourdieu en mi mesita de noche, enfocarme en lo que debo ser, en el plan que me he trazado, a veces sin querer, lo que me da miedo entonces es olvidarme, y dejar en el camino, lo que quiero ser, que al final probablemente sea lo que realmente importe (aunque sea también -y ese es el problema- lo que no tengo aún totalmente claro).

2 comentarios:

Sandum dijo...

Well... Yo soy un plan adicto, siempre me digo, voy a hacer esto, voy a hacer aquello, pero siempre una de las siguientes cosas: 1) Abandono el plan por sufrir de extrema dejadez 2) En el caso que no suceda el uno, de todos modos el plan no funciona como lo tenía previsto... So, yo sigo haciendo planes, pero solo por organizarme un poco, la verdad es mejor vivir un poco mas libre y disfrutar lo que venga... Saludos! Excelente post!

inespoe@gmail.com dijo...

Vas a hacer francamente que te coloque en mis enlaces: leí un post tuyo, de los primeros, y me pareció flojo, ahora leo estos, y de verdad me encanta cómo escribes. Creo que debiste haber estudiado periodismo en vez de sociología.

Sin embargo, a efectos de este innoble oficio de escribir, creo que mejor que estudias sociología. Bueno, la sociología...

En fin...que si eres bueno en lo que haces no importa, escribes divinamente, Pablito, y te pondré en mis enlaces porque me caes bien y me sigues pareciendo alguien extraño. Aunque tal vez en Cumaná no lo seas tanto, donde sí lo serías es en Maturín: esto es peor que Cumaná en material intelectual.

En fin, pasa por mi sitio, seguiremos charlando.