Hoy estaba diciéndole a mi noviecito lo difícil que es juzgar un libro. Una película, por el contrario, es fácil: es buena o es mala; es pésima, es una porquería, es una mierda, es una maravilla, es la mejor película del mundo. Con los libros pasa, según me parece, que despiertan un respeto mayor porque no es lo mismo hacer una película, ni siquiera grabar un disco, que escribir un libro completito. Las páginas de un libro son algo más personal, es como llevar un hilo continuo hasta el final de muchas letras, sin perderse (o a veces perdiéndose), mantener el control sobre los personajes, sobre la vida y el mundo creado y finalmente, sobre las ideas propias, que son, por sobretodo las cosas eso: propias; por eso es que para mi, un libro es una forma de creación personalísima, intima, sacar en palabras todo lo que se lleva por dentro. Sería como crear una obra plástica más que como hacer una película. En la película son muchas manos, y hoy por hoy muchos intereses de gente idiota que hace cine pensando en el dinero que le van a pagar otros idiotas que no quieren pensar mucho mientras ven una película, que no necesitan en sus vidas nada profundo, que simplemente quieren pagar una entrada para… no se bien para qué, pero lo que si se, porque me consta, es que hay gente que cree que el cine es un evento social donde, de hecho, se va a socializar (reír, hablar, compartir, tirarse cosas unos a otros como niños, etc.), pero eso sería tema para otro post.
En fin, todo esto viene al caso porque ayer termine de leer “peor que tu” de Gabriel Torrelles. Es un libro interesante y fácil de leer, con párrafos breves y plagados de símiles por doquier. Me pareció que la escritura de Torrelles da para mucho más que eso, pero igual tiene sus muchas cosas buenas, y como he dicho, es difícil para mi decir que un libro es bueno o es malo, sólo puedo decir que no me gustó tanto como esperaba. Pero, por otra parte, lo más bonito de él, de lo que me dejo, fue la idea loca de que uno también puede escribir su librito, de que las ideas de uno también alguien puede leerlas y le puede gustar, que uno no tiene que ser un prodigioso como Cortazar o Borges para ello, o que en el mejor de los casos, uno puede convertirse en uno con el esfuerzo y el trabajo. Torreles es un tipo normal, que claro que escribe muy bien, que claro que tiene su experiencia, pero que es un tipo normal pues, y lo veo en la tv hablando de su libro, lo leo en su blog, es un tipo como nosotros los que a veces creemos que no somos capaces de hacer cosas así porque no somos ni Cortazar ni Borges. Yo siempre he querido escribir algo grandecito (y siempre lo he tratado, siempre he llenado paginas y cuadernos enteros de desvaríos locos que intentan ser algo mayor), un libro que la gente lo lea y que alguien al menos me diga que se sintió identificado, que se sintió bien leyéndolo, que una frase le pareció maravillosa a pesar de que el resto del libro le pareció una mierda. Puedo imaginarme pues, lo que debe sentir este señor, y puedo imaginarme también que seguirá creando mundos, vidas y personajes pintorescos pero reales y que cada vez será mejor; y en el recorrido, su recorrido, yo puedo admirarlo desde aquí, como desde un rincón; observar como crece con admiración y respeto y ponerme en lo mío, que si un tipo normal como él se mato para alcanzar lo suyo, uno también puede, con esfuerzo y las ganas de por medio que él probablemente le puso.
2 comentarios:
Un excelente analisis, creo que en verdad podrías escribir un libro... No soy escritor ni nada, pero cuando plasmo algo letras, ciertamente es algo sumamente personal y mio, y me sorprende siempre lo variadas que pueden ser las interpretaciones que le dan las personas... Por eso me encanta hacerlo... Por cierto deberías escribir el post del cine, que flojera con esos púberes que no entienden cual es la idea del cine... Digame el lunes popular... ODIO ese día! Saludos!
si, demasiado cierto (y demasiado triste) eso de los niños en el cine... bastante insoportable... gracias por el comentario...
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