Porque la vida de suyo es breve, es verdad que hay que aprovechar la brevedad de los momentos, vivir las cosas pequeñas como que fueran grandes, porque en suma, lo son. Disfrutar del viento y que te mueva el cabello, de las comiquitas para niños, de las series que te hacen reír. Del dolor. De las rosas no, las rosas pasaron de moda. De la playa y del sol si, y de la arena aunque se pegue de la piel, y de las películas, de la música. De bailar, aunque te dé pena. Del alcohol. De las experiencias repetidas, de los clises, y de la gente. Vivir cada cosa porque cada cosa tiene su sabor, y al final, sólo habrán vivido realmente los que hayan sabido elegir entre todos los sabores sólo los mejores, los que hayan probado más, pero también los que hayan sabido probar, los que se hayan equivocado al probar, y hayan sabido cuando dejar de probar, cuando no conviene volver a viejos sabores con gustos repugnantes, ya probados, aunque la textura sea agradable.
Claro que, igual al final, todo depende de la subjetividad de quien lo mira. La relatividad acaba con todo y uno termina no sabiendo nada, no estando seguro ni de uno mismo. {fotos: ~Xascola}
1 comentario:
Es verdad... Que podemos decir! De nuevo tienes razón... Y no sigo, pues no quiero dejarte un comentario como el tal lizandro de URBE... Besos!
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