2 feb 2008

La vulgarización de las experiencias

Desde que las cámaras digitales existen, con sus respectivas memorias inagotables, las fotos ya no son lo que era antes: uno se pone a ver las de hace cincuenta años atrás y eran totalmente diferentes: la iluminación, las poses de los personajes, todo era distinto. Como si antes las fotos hubiesen sido casi un fin en si mismo y ahora… no se bien que serán. Mi hermana, por ejemplo, toma millones de fotos (de ella, de sus amigos, del perro, del carro, de la casa) y a veces ni siquiera las llega a pasar a la PC. Se satisface solo con verlas en la pantallita de la propia cámara.

Ya las fotos no están en los álbumes familiares, junto a los libros en la biblioteca, no son recuerdos compilados, son más bien (millones de) datos almacenados en el disco duro, que no alcanzaría un día entero para ver completos. Es la cuestión de la masificación que termina por derrumbar el misticismo que cualquier cosa pueda tener (con todo lo malo y lo bueno que ello implica). El paso de la democratización a la masificación y finalmente el salto hasta la vulgarización, del arte, de todo. El tener acceso a los medios, el ser participe de la producción se degenera en estos tiempos, en la producción masiva para y por todos por igual. La producción en masa para la gran masa.

Alguna vez leí que alguien decía que ya los megalómanos no existen (o son pocos), ahora, en reemplazo de aquellos, existen discos duros con capacidades casi infinitas de almacenamiento. Ya la gente no ama esta o aquella pieza musical en particular, sino que cada vez más la música se ha democratizado y masificado tanto, que todos podemos tener toda la música que queramos aunque no tengamos el tiempo suficiente para escucharla.

Ya en otro momento hable acerca de lo que, en mi opinión, es una virtud que ningún medio como el Internet tiene: la democracia participativa deja de ser pura retórica y se hace efectiva a través de los ductos de la gran red. Sin embargo, esa democratización se ha degenerado y degenera cada vez más en la vieja cultura del tener más, por la simple satisfacción de tener y nada más.

2 comentarios:

Lycette Scott dijo...

Hola corazón, espero que estés pasando un feliz carnaval

inespoe@gmail.com dijo...

¿De verdad vives en Cumaná? ¿Te gusta leer?

Guao.

Saludos .